Selene, constancia y disciplina: su experiencia en Hip Hop al Parque

Jul 20, 2023

Julián Roncancio

Julián Roncancio

@balamketze Politólogo. Premio de Periodismo Cultural para las Artes 2018

Selene camina y se acerca a la tarima, mira de reojo y se regresa. Está triste. A pesar de tener la posibilidad de presentarse en la Media Torta, uno de los escenarios insignia de la capital, su ánimo no es el mejor. Es la una de la tarde y llueve a cántaros. Hay entre veinte y treinta personas diseminadas en pequeños grupos en las gradas.

Está en el concierto IDARTES 10 años, la opción que eligió la Alcaldía de la ciudad, en 2021, para realizar los Festivales al Parque, en medio de todas las restricciones que motivó el COVID 19. El resultado fue un compendio de varios conciertos en formatos más reducidos que se llevaron a cabo en diferentes espacios de la ciudad.

― ¡Vamos a hacerlo, Sele! ¡Vamos a hacerlo! –le dice Javier, su amigo y productor.

No solo el horario y el clima dificultaban la asistencia. Para ingresar se debía presentar el carné de vacunación con las dos dosis que protegen del contagioso virus. Una situación que terminó en controversia: Bubaseta, uno de los headliners, canceló su presentación inconforme por ese requisito. Asimismo, organizadores y agrupaciones fueron tildados de “iluminatis” por un sector del público.

Fotografía por: Darly Calderón/Diego Vanegas

Con la marea en contra, Selene salió al escenario. Caminó más allá de lo que cubre el techo y se acercó al público, recibe la lluvia como también lo hacen las personas que están allí. Lo que antes pudo ser un momento de amargura, ahora se convertía en una experiencia significativa.

-Fue muy especial para mí que se quedaran bajo la lluvia viéndome cantar. Sean dos personas o sean mil, todas merecen lo mejor de uno – con esa frase termina la anécdota. Selene, en realidad, se llama Laura Valentina. Fui a entrevistarla a Suba, al estudio de su primo «Preciso».

Ella es una artista bogotana, pasó buena parte de su vida en Kennedy pero ahora vive en el noroccidente de la ciudad. Su música cargada de una enorme sensibilidad, le permite transmitir todo lo que vive a través de letras certeras que requieren atención para ser comprendidas totalmente.

Ha sido disciplinada en el rap. Aparte de presentarse en innumerables tarimas, tiene en su haber seis álbumes, cinco de ellos producidos por El Sonido del Javier: Osadía (2016), Crecer (2017), Despertar (2018), Voz sin cuerpo (2019) y Luz de luna (2021). El año de la pandemia lanzó Pundonor (2020), que estuvo a cargo del legendario productor venezolano, Afromak, recordado por su trayectoria junto a Canserbero.

Selene representa toda una nueva generación en el rap de la ciudad, que alza la mirada y compite con las propuestas contemporáneas de este género en el país. Su sonido aún con el estilo crudo y rudo de Bogotá, se combina con el canto melódico y sensible que le da un color distinto.

El Sonido del Javier y Selene. Fotografía tomada de redes sociales de Selene.

Después de la experiencia de la Media Torta se sintió desilusionada con lo que había pasado al ser seleccionada para Hip Hop al Parque, así que no tenía muchas ganas de volverlo a intentar. No obstante, insistieron en ello dentro de su equipo de trabajo y aceptó.

Para pasar a este festival se requiere avanzar en tres filtros diferentes; se inicia con la documentación que exige la convocatoria, una vez saldado este paso, el equipo de jurados revisa las propuestas musicales y elige quiénes audicionan. Los ocho mejores puntajes de esta, son merecedores de presentarse en el evento gratuito de Hip Hop más importante de América Latina.

Laura se desentendió del proceso y esto le trajo nuevas dificultades. Su propuesta fue seleccionada para competir por uno de los ocho cupos, pero debía presentarse tal y como lo había especificado en el documento que postuló a la convocatoria, que para el caso, significaba un formato mucho más sencillo del que acostumbra a presentar.

Para los fines de esta historia no está demás contar que adolece de un mal común en la sociedad contemporánea, el mismo que padecía Héctor Lavoé, para quién Johnny Pacheco compuso la famosa canción ‘El rey de la puntualidad’.

El día de la audición, Laura Valentina iba con el tiempo justo para llegar y, mientras corría cuesta arriba hacia la Media Torta, recibió una llamada de su ingeniero de sonido. No podía ir, se disculpaba, pero en últimas ya no no había nada que hacer. Sintió ganas de llorar, dolor e impotencia. Levantó la cabeza, siguió su camino y asistió a la cita que le ponía la vida. Compitió no solamente contra las demás propuestas, sino contra todas las barreras que le había puesto la vida. El esfuerzo y el talento se premia: quedó en sexto lugar, ganándose así el derecho a presentarse en el festival.

Selene. Fotografía de Cuatro Diez.

-Tuve una muy buena puesta en escena, por eso fue que pasé. Aparte, yo creo que cantar y rapear da un plus –me cuenta.

Ver a Selene en vivo es todo un espectáculo, sus shows son muy buenos, no solamente a nivel sonoro transmite la misma calidad, sino que su manejo de tarima destaca, sabe moverse por el lugar, jugar con el público, genera una experiencia más allá de lo auditivo. Un resultado de práctica y estudio siguiendo el ejemplo de personas como Realidad Mental.

Pero en el escenario no está solamente ella, va acompañada por un equipo de trabajo muy importante, personas que ha conocido de la vida y que ahora están en su proyecto musical, es como si fuera su familia. Entre quienes podemos nombrar resaltan DJ Ikcal, B-girl Kika y las segundas voces y refuerzos Preciso y Camila Segura.

Después de varias jornadas intensas de ensayos llegó, finalmente, el tan anhelado 3 de julio, día de cierre de Hip Hop al Parque, una nueva oportunidad de presentarse en el legendario escenario. Ahora sí en el Simón Bolívar y sin ninguna restricción para el ingreso.

Para tan esperada fecha había que vestirse de la mejor manera, Selene, inspirada en un outfit de Rihanna, le pidió a su amiga y diseñadora, Sandra, que le preparara un conjunto de ropa para su presentación. Ella tomó la idea y la transformó según su inspiración. A gusto con el resultado, Selene vistió con orgullo sus prendas.

Llegó su turno para cantar, estaba lista para salir a tarima. Justo en ese momento sintió los nervios propios de la música, quería vomitar, ir al baño, estaba a unos pasos de llegar a ese escaño en su carrera.

–Esto es una tarima más –me dije–. Voy a partirla como siempre lo hago –recuerda emocionada. Esa era la manera de bajar la presión y de poder domar ese monstruo.

Selene. Fotografía de su archivo personal

El resultado fue una presentación emocionante, llena de energía que le permitió conectar inmediatamente con el público. Esta vez también cantó temprano, a eso de la 1:30 de la tarde, ante una audiencia numerosa expectante a sus canciones. Además de su grupo de trabajo estaban amigos y familiares, todos juntos por ella.

–¿Saben cuál es el acto más grande de valentía y revolución? ¡Amar!

Con estas palabras dirigidas al público inicia su show. Inmediatamente comienza con Valgo más, una de sus canciones más reconocidas, parte de su tercer álbum Despertar.

Tenía preparadas dos sorpresas para el concierto, una de ellas, fue Todo Copas, grupo insignia de la capital. Junto a Ángel y Smith, interpretó Ni perdón ni olvido, un sencillo con un mensaje social y político muy relevante, musicalmente producida por El Sonido Del Javier.

Después hizo gritar al público de emoción, al mencionar que su segundo invitado era Realidad Mental, un personaje legendario en los barrios de la ciudad; su música dura y oscura se ha convertido en el antídoto para los días duros de muchas personas en Colombia. Ambos cantaron Discere, que traducida del latín quiere decir aprender. Una canción que se pone acorde al sonido hardcore, comúnmente llamado slam en la jerga bogotana del rap. Música para saltar y mover la cabeza.

-Una nunca se imagina poder tocar ese suelo y creo que la familia menos, porque la familia es la que menos cree en una cuando se está empezando. Fue especial ese día, nunca se me va a olvidar –me explica. Tuvo una conexión con el público, sentía la energía de todas las personas que se congregaban allí. Era un honor cantarle a su casa, Bogotá, mostrarles su progreso y ayudarlos con canciones.

Fotografía del archivo personal de Selene

Siempre queda la duda del aporte del Festival a las y los artistas distritales. Si bien la posibilidad de presentarse en una tarima tan importante y con tanto renombre es un plus y se supondría que aumenta los públicos y audiencias de sus participantes, ¿Qué más ganan los grupos y solistas? Podemos agregar el pago o estímulo económico que reciben que oscila entre los 1000 dólares, una cifra que, para un proyecto que involucra varias personas, no es significativa. ¿Entonces para qué sirve el Festival?

No podemos ocultar que opera una especie de maldición en el evento, pues hay variados casos de hiphoppers que llegan a este espacio y al poco tiempo, su carrera termina. Un final lamentable para artistas prometedores. Un síntoma que nos permite evidenciar que algo no funciona bien en esa relación entre concierto y artista.

-Es un paso más, el éxito no es estar en Hip Hop al Parque. Es como un certificado laboral, una referencia –me responde Selene.

Es una experiencia que le permite buscar otras y nuevas oportunidades, conocer más personas y que su propuesta musical sea percibida con mayor seriedad y respeto. Lo que espera seguir consiguiendo a través de su único y principal proyecto.

-Más allá de mi talento, más allá de la suerte, más allá de cualquier cosa, ha sido que soy constante, muy constante. Me esfuerzo mucho por esto, le invierto tiempo, amor, dinero: mi vida entera –me cuenta.

Alcanzar la tarima del festival no es un logro menor, es un proceso largo y arduo que pasa por demostrar una trayectoria mayor a tres años, competir con cientos de propuestas que desean acceder a la audición. Una vez allí lograr destacarse y conseguir un lugar. Es el evento soñado por una buena parte de los raperos y raperas de nuestro país. Un trofeo para la colección, pero nunca el fin último de hacer rap.

Fotografía del archivo personal de Selene

En este punto podemos preguntarnos sobre la finalidad del arte y de quiénes su magia encarna. Nuestra época se caracteriza por lo efímero de los logros, constantemente bombardeados por la información que llega en redes sociales. En antaño, el disfrute del disco de un grupo o artista requería un lapso de tiempo largo, ahora, en la era de la inmediatez, se requiere lanzar material nuevo constantemente, todo se digiere más rápido y hay mucha competencia.

¿Qué se quiere al hacer música? Los imaginarios que han ido cultivando las tendencias digitales y quiénes hacen las veces de ‘influenciadores’, se dirigen a la ostentación y la ganancia rápida de dinero, una idea que contrasta con las realidades materiales de nuestro país. Ahí el arte entra en un debate principal, ¿música como producto o como mensaje? También puede ser ambas, un poco más de una o de la otra, sin embargo, no deja de ser una pregunta válida.

Para Selene la meta final no necesariamente pasa por el éxito económico. Claro que quiere estar más tranquila en ese aspecto, poder brindarle un trabajo a las personas que confían en ella, ayudar a su familia, pero no es eso lo principal, lo que la motiva a hacer música. “Mi sentido de hacer arte es aportarle algo a la vida”- sentencia.

 

 

 

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