Tambores de agua. Grito de guerra de JHT

Julián Roncancio
@balamketze Politólogo. Premio de Periodismo Cultural para las Artes 2018
Hace unos diez años comencé a escuchar a JHT, mientras yo crecía, él lanzaba sus primeros éxitos con Conexión Frontal. Jota estaba en una generación llena de talento, la Middle School, todos ellos alrededor de la gran capacidad musical de Benny B. Junto a JHT, no solo estaba Juan Habitual –por aquella época, su compañero de grupo- sino también Big Mancilla, Lianna, Flaco Flow y Melanina, Dayana, Jiggy Dramma (cuando cantaba rap), Diana Avella, Lucía Vargas, Cuervo Rolo, y quién sabe cuántos artistas más que mi memoria no alcanza a recordar.
Su estilo era diferente, su voz y sus letras que denunciaban con inteligencia el sistema político y social llamaron mi atención. De eso se trataba el rap, para mí eso concordaba perfectamente con mi idea del Hip Hop. El arma de los jóvenes de los sectores menos favorecidos para atacar a los detentadores del poder, para denunciar abiertamente la injusticia que el modo de vida del capital impone a las amplias mayorías.
Vinieron luego sus álbumes en solitario “Música en Mí”, “Nadie Protesta”, “De MC Chico a JHT”, “La Ciencia de los Sueños”, y a la par, sus constantes desencuentros con la escena nacional, uno de ellos se daría en el marco del concierto de Redman y Method Man en Bogotá.

Carátula del álbum Basado en Hechos Reales de Conexión Frontal
Jota tomó vuelo y en el país de la Revolución Industrial se radicó. Faltaban MC’s como él en Colombia. Hay mucho talento en nuestro país, pero son pocos los que logran combinar la calidad musical con letras certeras, con contenido y crítica política.
Hace apenas unas semanas, un video empezó a difundirse por redes sociales: Zethyan lanzaba un mensaje certero contra JHT. “Si los perros ladran, es que avanzamos, Sancho”, le decía Don Quijote a su fiel acompañante. No tardó en propagarse también la imagen de la estatua de una divinidad ancestral precolombina con el título “Tambores de Agua”, anuncio de la llegada inminente del nuevo álbum de José Henry Tapias.
Una vez fue publicado desde las redes sociales de JHT y compartido por muchos de sus seguidores, no dudé en escucharlo. El álbum se compone de 16 tracks, varios de ellos producidos por Táktico, con quién ya había trabajado en su anterior álbum. También Fontecha aporta en éste aspecto y canciones como Paz con el Planeta, Guerra con el Mundo y Futuro, Presente, Pasado, cuentan con su talento musical. El disco cuenta con un gran componente de cortes de discursos dados por diferentes personas y también de películas que contextualizan las canciones y las conectan con la temática que tratan. Finalmente, en cuanto al componente de las colaboraciones, solo cuenta con Lianna en la canción Espectacular.

Contraportada de Tambores de Agua
Tambores de Agua es una declaración de guerra, una denuncia directa del colonialismo cultural, imposición violenta que inició hace más de 500 años con el genocidio que tuvo lugar en el Abya Yala (América) y que no solamente se dio con la conquista de los territorios, la violación de mujeres y la masacre de los pobladores. Sino que ha tenido un componente fundamental: la inscripción inconsciente, y heredada generación tras generación, de una consciencia sumisa, inferior frente al blanco occidental.
Somos las y los hijos bastardos de la indígena violada, de la negra esclava abusada. Nuestro padre es el conquistador europeo, el aberrante criminal que hurtó éstas tierras y subyugó a quienes en ella vivían. Pero nuestro pecado es más grande y oprobioso, denigramos de nuestra madre, la creemos inferior y buscamos parecernos más a quien la ultrajó.
Seguimos patrones de consumo creados al Norte de México y más allá del Atlántico, crecimos en una sociedad que señala al negro por su color y al indígena por su procedencia, que idolatra al extranjero y recibe con agrado todo lo que venga del hombre blanco, ya sean bombas, TLC’s u órdenes. La academia responde a estos patrones, así crecemos, en medio de ésta violencia simbólica, que oculta nuestra herencia y tapa con una manta los cadáveres que cimientan nuestra herencia. Tiene toda la razón JHT cuando canta: “Ya que el peor asesinato es su versión de la historia”.

Cartel promocional del álbum Tambores de Agua
Tal vez su postura se centra en una versión decolonial de la historia y se remite al reconocimiento y aprehensión de los saberes ancestrales. Considero que la apuesta debe ir más allá, debe orientarse a la construcción de una identidad propia, pues, como decía Bolívar, “no somos ni indios ni europeos sino una especie media entre los legítimos propietarios de éstas tierras y sus usurpadores españoles”, no podemos reconocernos como miembros de los pueblos ancestrales, puesto que no lo somos, debemos reconocer y apropiar su herencia, pero a la par, labrar nuestro propio camino.
Podemos estar o no de acuerdo con las letras de JHT, estar contrariados o apoyar sus versos sobre Nach, su versión sobre la muerte de Canserbero, o, fundamentalmente, su postura política, pero no podemos negar su enorme talento y la ausencia que existe en la escena nacional sin su presencia.
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