Un Hip Hop al Parque familiar

Julián Roncancio
@balamketze Politólogo. Premio de Periodismo Cultural para las Artes 2018
El año pasado se cumplieron 25 años de Hip Hop al Parque y fue la primera vez que pude ver varias familias en el festival. Papás y mamás con sus hijos corriendo para agolparse cerca de la tarima, deambulando por el parque o, simplemente, ojeando ropa y CD’s en la zona de emprendimiento. En Colombia, el Hip Hop ha crecido tanto que su público abarca varias generaciones y personas de todos los estratos sociales.
En el 2022 asistieron, en sus dos días, 120.000 personas, una cifra nada despreciable y mucho más si tenemos presente que era la primera vez que se hacía después de tres años a causa de todas las restricciones que supuso la pandemia COVID-19. No se hizo en su habitual fecha en octubre, sino a mitad de año, el fin de semana del dos y tres de julio.
Justo ese domingo, Luis Carlos Aguilar quería sorprender a su hija y llevarla al festival, Movimiento Original cerraba y, no había duda, que verlos en vivo sería el mejor regalo de cumpleaños. Estuvo en el Simón Bolívar y dio con la fortuna que unos amigos suyos se presentaban ese mismo día y, en un intercambio de favores, pudo conseguir unas manillas VIP para ver de cerca al grupo favorito de su primogénita.
Antes de que cayera la tarde, se encontró con Danna Sofía a las afueras del parque y en un santiamén se ubicaron en la zona que dispone IDARTES para medios, artistas, organizadores y familiares. Ese mismo día, pero más temprano, Clara Tello, una mujer de 45 años, también llegaba a la calle 63 junto a su hijo, camino a encontrarse con un grupo de amigos para ingresar al evento.
Al igual que Luis Carlos, Clara no vive con su retoño. Lo recogió en Gachancipá y estuvieron desde el viernes en su apartamento en Teusaquillo. Su plan de domingo era Hip Hop al Parque, no se habían fijado muy bien en el cartel, pero solamente la experiencia del festival era suficiente para que se agendaran como si se tratara de una cita.
Y es que Clara no concuerda con el típico estereotipo de quienes asisten a este evento. A simple vista no la imaginarías en un concierto de rap. Ella lo confirma, desde muy joven ha sido mucho más cercana al rock bogotano; Andrea Echeverry, las Almas, la Derecha y la Severa Matacera, por ahí va su gusto musical.

Fotografía de Damián Calderón
A mediados de los años ochenta, cuando su hermano mayor bailaba breakin’, solía llevar a su casa cassettes repletos del rap gringo que sonaba en esos momentos. Luego vinieron fiestas y parches donde predominaba la misma música. Ese fue su primer contacto con el Hip Hop.
Pero eso no fue todo. Los ires y venires de la vida le permitieron ver de cerca el potencial social de esta cultura: su cercanía con el barrio, su posibilidad real como proyecto de vida para las personas más humildes, su rol comunitario y la forma en que puede transformar lugares.
Esa experiencia la vivió con el Movimiento Hip Hop Kennedy, primero como invitada y luego como integrante. El MHHK es una gran colectividad por el que han pasado distintos (as) artistas y gestores (as) de Techotiba y cuya apuesta más visible, que seguro han escuchado, es el Festival Hip Hop Ecológico.
En la otra orilla está Luis Carlos, que ha dedicado casi todos sus 38 años al rap. En las calles y escenarios lo conocen como Doggy Fresh. Llegó a Bogotá hace 18 años, venía de Cartagena con la ilusión de hacerse un lugar en las galas de la primera temporada de Factor X. Paradójicamente, lo que consiguió fue un lugar en Hip Hop al Parque junto a la Tropa Costera, un supergrupo que juntaba a Family Connection y Líricos Drásticos.
De ahí en adelante su vida cambió. El freestyle, la habilidad que mejor se le daba, le permitió ganarse un nombre en la capital y con el pasar de los años comenzó a participar en las primeras batallas que organizaba Red Bull en la ciudad. Campeón en Bogotá, subcampeón nacional y luego eliminado en semifinales, estaba en boca de todo el mundo, era una gran época para su carrera.
Por esos años tuvo a Danna, su primera hija. En un momento de fama y fiesta en el que no tenía una relación estable, ser padre se convirtió en un polo a tierra, una razón para ser consciente de lo que sucedía en su vida y centrarse en sus objetivos. Parece que funcionó, en 2013 fue campeón nacional de la Batalla de los Gallos, teniendo la oportunidad de competir en la final internacional de Argentina.

Doggy Fresh. Tomada de su archivo personal.
Clara también tuvo a Emilio en una etapa muy festiva de su existencia. Sin embargo, no sucedió al azar, fue una decisión consciente, lo tenía planeado. Sentía que un hijo le ayudaría a sentar cabeza. Tenía 25 y, en ese momento, con plena intención, llegó.
Tampoco vivía con su pareja y quería criarlo ella sola. Así lo hizo durante varios años hasta que cumplió diez. En ese momento vivía en Gachancipá, justo al lado del Embalse de Tominé, pero las oportunidades laborales estaban en Bogotá, por lo que de cuando en cuando tenía que asistir a la capital para resolver asuntos laborales, un nuevo reto de recorrer 30 kilómetros entre su lugar de descanso y su empleo.
El corolario no fue otro que su progresivo retorno a la capital, pero Emilio se quedaría con su abuela en la sabana. La distancia entre ellos no es adversa, les permite mantener la magia del reencuentro, da la posibilidad de bajar las jerarquías y permitir un diálogo más cercano, horizontal. Así es la relación con su hijo, en un espacio de confianza y amor.
Precisamente, el Hip Hop al Parque del 2022, fue uno de esos reencuentros, tenía un plan con su hijo e iría al Simón Bolívar. Una idea que para el común de las personas sonaría bastante descabellada. Y es que no podemos mentirnos, el imaginario común alrededor de este evento es supremamente negativo. Un péndulo que oscila entre el prejuicio clasista y la sensación que dejan las noticias de grandes periódicos y canales sobre violencia o agresiones que suceden durante el concierto.
Geovanny Escobar ‘DJ Gre’, curador del festival el año pasado y quién asiste a este desde que se hacía en la Media Torta, reconoce que siempre ha habido episodios difíciles que se fueron agudizando hasta 2014, cuando hubo la primera muerte a las afueras del parque. Una situación de enfrentamientos constantes que continuó hasta 2019, “el ambiente que se vivía no era el mejor, la gente empezó a preferir ver el festival desde su casa que arriesgar la vida” –señala.
A pesar de que las situaciones violentas eran contadas, la constancia de las mismas hacía que la fama de evento peligroso se ampliara sin control. Sin embargo, como explica Gre “El mismo Hip Hop también ha generado una serie de acciones que han empezado a transformar esos imaginarios negativos en aspectos positivos. Hemos empezado a caer en cuenta de que nuestro mal comportamiento afecta no solo a personas individuales, sino a todo un movimiento y a eso que más queremos, la cultura hip hop y ahí es donde se empiezan a generar las reflexiones de fondo”.

Doggy Fresh y su hija Danna. Fotografía de Mary Pily / BEHR
A Clara no le preocupaba el recelo que pesaba sobre el festival, había estado antes; justamente hace cinco años presenciando uno de los momentos más épicos del rap en Colombia: Grand Master Flash, una leyenda viva, -muy en boga en esos días por Get Down– tocaba en vivo y en directo.
Doggy, tampoco tiene alguna preocupación con asistir, ha estado en la tarima presentándose ante miles de personas, participó en varias ocasiones de la zona de emprendimiento, vendiendo sus productos, y, por último, ha sido público.
Aunque ambos parezcan muy diferentes tienen en común que ese 2022 fue la primera vez que fueron con sus hijos al evento, como le sucedió a muchos papás y mamás también. Dj Gre, agrega que ese fue uno de los objetivos propuestos desde la curaduría del festival: debían mejorar el ambiente y la percepción que se tenía.
“El ciclo de la pandemia fue un espacio de mucha reflexión para todos, y una de las que yo tuve fue la relacionada con la renovación generacional de la cultura Hip Hop. Me di cuenta que los hijos, sobrinos y hasta nietos de los hip hopppers ya tenían más de 14 años, pero también me di cuenta que sus gustos y formas de vivir el hip hop no eran iguales a las nuestras” –afirma.
Danna Sofía llegó con su mamá al parque y en la zona de emprendimiento se encontró con Luis Carlos. Solamente la experiencia de estar en el festival con su papá la emocionaba, pero fue aún mayor la efusividad cuando llegó la sorpresa de cumpleaños: estaría a pocos metros de la tarima y podría ver de cerca, en vivo y en directo, a Movimiento Original, cumpliendo su sueño.
No pudo contener las lágrimas cuando Stailok, Aerstame y Dj Acres saltaron al escenario. Fotos y videos, uno de sus días más lindos, al igual que para Doggy Fresh, pues fue la primera vez que pudo disfrutar tranquilo el festival.
Al otro lado de la valla estaba Emilio con su mamá y todo el parche que los acompañaba. Avanzaron hacia el frente lo más que pudieron, contando con la fortuna que ese año, la tarima tenía forma de T, extendiendo una pasarela que atravesaba VIP y llegaba a General. Ahí estaban ellos.
Su emoción también fue en aumento a medida que avanzaba la tarde, llegando hasta el momento culmen cuando vio a Trueno, prodigio del freestyle argentino, hijo del legendario Pedro Peligro, y, justamente, uno de esos representantes de los nuevos sonidos del rap que marca bien la diferencia de gustos entre generaciones.

Trueno en Hip Hop al Parque. Fotografía de Math Valbuena, tomada de IDARTES.
Fue un show lleno de energía y tensión. Trueno venía con cuatro músicos y dos refuerzos, todo su crew. Sin embargo, algunas personas le lanzaron botellas, una agresión a la que el rapero argentino respondió haciendo música. No solamente había un desafío entre artista y público sino también dentro del público, pues había quiénes saltaban y disfrutaban la presentación, como quiénes estaban inconformes con su presencia en el festival. Tristemente, aún hay gente que piensa que la violencia es la respuesta a la diferencia.
Toda la montaña rusa de emociones la vivieron Emilio, Clara y seguramente muchísimas personas más que se encontraban justo en ese lugar. Aunque no fue inconveniente para disfrutar la experiencia de uno de los Festivales al Parque más icónicos de la ciudad. Al igual que para Danna Sofia y Doggy Fresh, la jornada, cerró tranquila y feliz.
Así ha venido sucediendo para miles de personas que asisten a Hip Hop al Parque, a pesar de las situaciones negativas, que suelen llevarse todos los reflectores, sigue siendo un espacio de encuentro, de reunión de esta comunidad, al que asisten personas no solo de Bogotá, sino de municipios aledaños, otras ciudades e incluso países.
Es la cita que año a año se tiene para ver de nuevo a viejos amigos y amigas, a personas que se reconocen de otros espacios, procesos, barrios; es una fiesta de conocidos. El trabajo que queda es convertir esta en un espacio seguro, agradable, que no solamente transforme los imaginarios, sino que también fortalezca las expresiones artísticas de esta cultura, ampliando los círculos de público a los que accede, no solamente por el paso de generaciones, sino por el momento que se vive actualmente: El Hip Hop se puso de moda.
Lo que otrora fuese objeto de burla o desconfianza hoy es influencia. No solamente la música rap, el graffiti y el breakin’ se han convertido en parte de la cultura nacional y en las expresiones artísticas más codiciadas para el marketing, sino también la moda, las formas de vestirse ahora son preferidas por multitudes e incluso siendo agregada a los diseños de marcas tradicionales de ropa.
Lo que viene para el Hip Hop colombiano es promisorio, cada vez más personas se enamoran de esto. Y su festival insignia tiene que hacer que más personas digan como Emilio a su mamá:
- Ma, aguanta el otro año venir con amigos.

Clara y Emilio. Tomada de su archivo personal.
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