Club de los Poetas Violentos: una huella profunda en el rap español

Abr 30, 2025

A principios de los años noventa, en las calles de Madrid empezaba a sonar algo distinto. No eran los ritmos importados desde Estados Unidos, ni las modas que llegaban tarde desde Nueva York o Los Ángeles. Era otra cosa. Era español, pero sonaba crudo. Era local, pero tenía vocación universal. Y por primera vez, el rap dejó de ser un juego de pocos para convertirse en una declaración de identidad. En el centro de todo eso, estaba el Club de los Poetas Violentos.

Formado por Frank T, El Meswy, Kamikaze, Supernafamacho, Mr. Rango, Jota Mayúscula y Paco King, el CPV fue más que un grupo de rap: fue una revolución cultural. Su nombre, una reinterpretación callejera de la película El club de los poetas muertos, ya marcaba la intención: hacer poesía, sí, pero con rabia. Con el filo de la violencia simbólica que representa la palabra bien dicha y con la urgencia de quienes no se sienten representados en ningún lado.

El punto de quiebre llegó en 1994, cuando lanzaron “Madrid Zona Bruta”, un disco que no solo puso en el mapa a la capital española como epicentro del hip hop ibérico, sino que estableció un antes y un después en la forma de hacer rap en español. Letras sin concesiones, beats pesados, referencias al barrio, a la desconfianza en el sistema, a la identidad racial y social de los jóvenes de periferia. Era rap hecho por y para la calle.

 

 

Pero Madrid Zona Bruta no fue el final, sino el principio. Dos años después, en 1996, lanzaron La saga continúa…, un disco más elaborado, con sonidos oscuros, samples cuidados y una contundencia lírica que confirmaba que no eran una moda pasajera. Este álbum consolidó su prestigio y amplió su alcance en España y América Latina.

En 1998 llegó Grandes planes, un trabajo más maduro y diverso que exploraba nuevos matices sonoros sin perder la esencia cruda del grupo. Con canciones como “9:30” y “Vais a ver”, CPV seguía marcando el ritmo del hip hop en español y demostrando que su evolución era natural, no impuesta.

Detrás de muchos de esos beats estuvo Jota Mayúscula, un visionario que convirtió la producción hip hop en España en algo serio. Su trabajo no solo dio forma al sonido de los poetas, sino que allanó el camino para futuras generaciones. También fue clave en la creación del sello Zona Bruta, plataforma crucial para el desarrollo de toda una escena.

Tras años de actividad intensa, el grupo se disolvió para que cada miembro pudiera explorar sus propios caminos. Frank T, quién había salido del grupo después del primer álbum, se convirtió en uno de los periodistas y analistas más respetados del rap español, El Meswy se trasladó a Estados Unidos, Kamikaze y Supernafamacho continuaron con sus carreras como solistas, Mr. Rango desarrolló su faceta reggae, y Jota Mayúscula se consolidó como DJ y productor de referencia.

Pero la historia no terminó ahí. En 2012, CPV sorprendió con un reencuentro y el lanzamiento de un nuevo disco: Siempre. Más que una reunión nostálgica, fue una reafirmación del mensaje. Con ese regreso demostraron que su visión del rap como herramienta de conciencia y expresión seguía viva. La gira que acompañó al álbum fue un éxito rotundo y un puente generacional.

Ese regreso sirvió para tender un lazo entre quienes crecieron con CPV y los jóvenes que apenas descubrían su legado. Fue una lección viva de historia y estilo. Porque antes del trap, antes del streaming, antes de los festivales masivos, hubo un grupo que rapeó sin miedo y sin filtros, dejando una huella imborrable.

La muerte de Jota Mayúscula en 2020 dejó un vacío inmenso. Pero su legado —y el de CPV en conjunto— sigue sonando cada vez que alguien escribe desde la calle, para la calle, con la convicción de que el rap es mucho más que música: es identidad, es lucha, es palabra.

El Club de los Poetas Violentos no solo hizo historia: ayudó a cimentar el edificio del rap hispano.

 

 

¡Comparte este artículo!

El conocimiento es universal y nos ayuda a mejorar, por eso en Diáspora te invitamos a compartir nuestro artículo y aportar al cambio.

0 Comments

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share This