RioLoz: el micrófono colombiano de Coast Contra

May 8, 2025

Julián Roncancio

Julián Roncancio

Autor

Escribo de cultura y política. Cuento historias para preservar la memoria y no perdernos en la desidia del olvido. Ganador Premio de Periodismo Cultural para las Artes categoría Artes Plásticas.

One, two, three, everybody get low/ Four, five, six, nigga, here comes the Coast/ Seven, eight, nine, and we back on your mind/When I say ten, that means begin!

Una voz grave da la entrada a tres más que fluyen sobre una atmósfera oscura. Unos riffs de bajo, acompañados por golpes constantes de batería, son el telón de fondo para una exhibición de skills: cuatro emcees lanzan rimas como patadas, podría ser kung fu, pero están sentados. La escena es extraña, a veces parece más un corte de un musical que una sesión de freestyle.

–¿Quiénes son esos manes? -pregunté

“Se llaman Coast Contra”, me respondieron.

Finalizaba el 2022, estaba en el estudio de Hets y habían puesto un video de ellos en YouTube. Esa fue la primera vez que los vi. Pensé que había dado con una gema oculta, uno de esos muchos grupos de gran talento que no habían logrado encontrar los reflectores necesarios. Nada más lejos de eso.

Coast Contra. Fotografía de Pollstar News.

Leyendas vivas como Quest Love, LL Cool J, The Alchemist y Juelz Santana, por solo nombrar algunos, ya los conocían. Incluso, Talib Kweli los invitó a People’s Party, su programa de entrevistas, nombrado como el antiguo partido de izquierdas norteamericano.

El grupo está conformado por Ras y Taj Austin, Eric Jamal y Rioloz, cuatro, muy disciplinados, estudiantes del Hip Hop. Las piezas de un rompecabezas que encajan perfecto. Una idea que nació en Miami, pero juntaba personas de Los Ángeles, Filadelfia y Cali, Colombia.

Let’s represent coast to coast –me dice Mario Lozano a.k.a. Rioloz. Vino al país de visita. Pasó unos días en Chocó y ahora, justo antes de regresar a Estados Unidos, nos encontramos en Bogotá. Sentado en la sala de un apartamento en el centro de la ciudad, habla conmigo de su vida, de rap y de Coast Contra.

Fotografía por Horus Mora.

Lleva un tam negro, por el que atraviesa el verde, amarillo y rojo de la bandera etíope. Tiene dreadlocks que llegan hasta sus hombros. Caleño de nacimiento, pero con raíces en Condoto, un pueblo abundante en agua y oro, del que migró muy pequeño junto a su familia hacia el norte del continente.

Está con su papá, su primera influencia musical. Le presentó la salsa, no solamente a través de los muchos discos que tenía en su casa, sino también en estudios de grabación y en conciertos. Él, su padre, trabajó en los años noventa con el Grupo Niche.

Era la época de Jairo Varela, el esplendor de una de las agrupaciones más importantes de la música en Colombia. Mario lo conoció, tuvo la posibilidad de estar cerca de él en su proceso creativo, lo vio trabajando incansablemente por crear las mejores canciones, por hacer música impecable, ese recuerdo se le quedó para siempre: Cuando estoy grabando o haciendo música, hay que hacerlo, you know, hasta que uno sienta que está perfecto, dice.

Fotografía por Horus Mora.

Habla despacio, su acento va dejando una estela que hace recordar al Pacífico colombiano, explica confiado sus ideas hasta que se le acaban las palabras. Solo en ese momento, salta al inglés en el que fluye como John Florence sobre las olas. Ese es uno de sus fuertes a la hora de rimar.

Comenzó a rapear en el Highschool en Florida. Allí conoció a los gemelos, Ras y Taj, que, como si se tratara de los caminos de un destino manifiesto, son hijos de Ras Kass, uno de los MC’s más brillantes de finales de los noventas e inicios de los dos mil y de Teedra Moses, cantante y compositora de soul y R&B. Los hermanos llevan la música en el ADN.

Con las ganas de cumplir el sueño y hacerlo en grande con la música, los tres se mudaron a Los Ángeles, el hometown de la familia Austin. Precisamente, una tía de los gemelos fue quien los recibió cuando llegaron a la ciudad y allí iniciaría una nueva época en sus vidas, en la que también conocieron a Eric Jamal, el último integrante del grupo.

Fotografía por Horus Mora

Desde ese momento lo compartieron todo. Trabajaban en My 2 Cents LA, un restaurante de comida sureña y, también, vivían juntos en el Apartment 505, un espacio de 41 metros cuadrados que terminó lleno de ratones, bichos, colchones en el piso y lo demás que se pudiera esperar de la convivencia de cuatro personas en una vivienda tan pequeña.

Fue un lugar muy especial para todos nosotros, fue como el cemento of tha brotherhood… de la unión de Coast Contra –me cuenta sonriente, recordando que en ese apartamento comenzó todo: Allí nació Apt. 505, el álbum debut del grupo.

Pero el disco no salió al mercado de inmediato. Aún sus números en redes sociales eran muy bajos y querían una audiencia más grande para mostrar su trabajo, por eso decidieron esperar.

Alcanzar por lo menos diez mil seguidores en Instagram era la meta, por eso decidieron continuar un proyecto de freestyle en el que improvisaban sobre instrumentales de canciones de rap que ya existían, mostrando sus skills sobre beats muy poderosos, creados por maestros como Q Tip, Havoc, Dj Premier, entre otros.

Fotografía por Horus Mora.

Pero esta vez, querían hacerlo diferente, darle una identidad: lo harían en el sótano de su manager, allí había un espacio dedicado para hacer podcast y entrevistas, una mesa alargada con varios micrófonos.

Iniciando el 2022 lanzaron el nuevo formato con Speechless y Dead Homies, dos sesiones que tuvieron una buena recepción del público, pero en marzo llegó su momento; vino Never Freestyle, sentían que era diferente a lo que habían hecho antes y no se equivocaron. Después de dos semanas, Pete Rock, una leyenda viva, compartió su video y de inmediato muchas más personas hicieron lo mismo, en un parpadeo todo el mundo estaba hablando de Coast Contra.

Luego vino Diet Coke, The Enemy, Give Up The Goods y Scenario, golpe tras golpe sobre la mesa. Cada día, no solamente los números crecían, lo hacía también el reconocimiento y el respeto que iban ganando del gremio. El proceso estaba dando frutos, el esfuerzo, la dedicación y la importancia que le daban al rap se les devolvía.

-“Llevamos mucho tiempo con el nivel de dedicación, de skills, del craft. Siempre hemos sido así, cada vez tiene que ser mejor, si este man puede subir un poco de nivel yo también puedo, siempre nos afilamos entre nosotros cuatro, es el sportsmanship”. Rioloz lo definió muy bien: si amas el rap, ese es el espíritu de este juego.

Fotografía por Horus Mora.

Así han realizado las sesiones de freestyle: son el resultado de practicar todo el tiempo, escribir rimas, improvisar sobre beats, hacerse sugerencias y darse consejos sobre sus letras. – We write, remember and then spit it on the mic –apunta Mario.

El nombre y la música de Coast Contra se movía con fuerza por las calles y las redes. Un día, ésta le llegó al reconocido comediante Dave Chapelle, quién no dudó en invitarlos a que dieran apertura a uno de sus shows en el Hollywood Bowl. Estaban palpando el poder de su rap y el salto que estaban dando.

Fue aún más evidente cuando Jimmy Fallon, el presentador más famoso de la televisión norteamericana, los invitó a su programa. Se trataría del primer grupo convocado a su talkshow por una publicación de Instagram. Black Thought, leyenda viva del rap y co fundador de The Roots, le había mostrado Coast Contra a Fallon.

Y allí, en un set, frente a varias cámaras que llevarían su imagen a millones de personas, mostraron una de las fortalezas de su grupo: –A nosotros nos gusta el execute. Somos muy serios con las cosas que hacemos. We did the show –Me cuenta Rioloz.

Su estudio del rap ha sido extenso y metódico, han observado a sus ídolos y entendieron lo que necesitan a la hora de pararse en una tarima: No escatimar ni una gota de sudor.

-Si ustedes vinieron a vernos a nosotros, pagaron su plata, trabajan duro por su plata, lo menos que podemos hacer es dar un show que van a recordar para siempre, ojalá le digan a sus hijos y a sus nietos y siga el cuento. Es importante you know, darle duro- asegura.

Pero eso no es lo único que tiene Coast Contra, la diversidad de estilos de los cuatro integrantes y el tipo de música que han elegido hacer llama de inmediato la atención de cualquiera que le guste el rap. –Mucha gente dice que nosotros estamos regresando esa emoción cuando uno primero encontró al Hip Hop, la primera vez que uno escuchó Wu Tang Clan, dice wow esto qué es, esto se siente tan puro –señala con alegría Rioloz, quien a pesar de ser colombiano no hace mucho canta en español.

Todo lo contrario, esos rapeos sobre Buenaventura en castellano que muestran la habilidad bilingüe de Mario, son cosas de hace cuatro o cinco años. La mayoría del tiempo cantó en inglés, comenzó a utilizar su idioma nativo cuando se lo sugirieron algunos productores.

‘I had an epiphany’, recuerda, “Si rapeo en español mi familia me va a entender, puedo a hablar a la gente que entiende español”.

Después de Apt. 505, vinieron más logros; ser el grupo que dio apertura al canal de la multinacional RedBull dedicado al freestyle, en 2023 The Old Way Mixtape, media hora de rap estricto sobre bases de rap más modernas pero que siguen manteniendo el estilo que han venido trabajando y buscando construir su camino, hacer historia y dejar huella. Coast Contra se ha convertido en una referencia de la actualidad del rap moderno, combinando la frescura del presente con los sonidos mejores recordados de los noventas.

Trato de tomarlo todo un día a la vez y hacerlo lo mejor que puedo. Al final del día, cuando ya todo esté … done, dejar un legacy. You know, saber que todo lo que tuve la oportunidad de hacer lo hice a lo máximo, no dejé ni una gota, le di con todo lo que pude –apunta.

 

*Esta entrevista fue realizada en el 2022 en la ciudad de Bogotá. 

 

 

 

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