Afrika Bambaataa en Bogotá: Reflexiones para mejorar

Julián Roncancio
@balamketze Politólogo. Premio de Periodismo Cultural para las Artes 2018
La visita de Afrika Bambaataa a la Cumbre de Arte y Cultura por la Paz no tuvo otro resultado que hacer más notoria, la de por sí ya evidente, crisis de la escena Hip Hop nacional. No puedo quedarme callado, y ante las voces que le dicen no a la discusión y tratan con desdeño la crítica, les digo que no puedo con ese silencio cómplice que también ha permitido que Hip Hop al Parque se convierta en un espectáculo violento y decadente, lleno de profunda ignorancia. La crítica y la autocrítica nos permiten avanzar, corregir los errores… mejorar.
A Bambaataa le debemos respeto por su trayectoria, por su aporte al Hip Hop, por ser el Padrino de ésta cultura que tanto amamos, pero no por ello le debemos sumisión. El respeto no es igual a la deificación, es el trato horizontal y eso les faltó a los organizadores del evento. No venía a iluminarnos con su conocimiento, venía a compartirnos sus reflexiones construidas por una trayectoria enorme.
Como me hubiese gustado que el diálogo fuera conjunto, verlo sentado escuchando a Jeihhco y a Shaka, conociendo las luchas y experiencias del hip hop en un país sumido en la pobreza y la violencia, deleitándose con las letras de Diana Avella para que conociera a profundidad el ejemplo de la mujer en el Hip Hop colombiano, o escuchando las memorias de Otilia Hortúa y Teresa de Jesús Hurtado sobre el pueblo afro que está cansado de vagar en tierras ajenas.

Jeihhco. Integrante de la Casa Kolacho de la Comuna 13 de Medellín.
Sin embargo, lo que sucedió fue otra cosa. Una presentación desordenada en la que el traductor no sabía que la mayoría del público no entendía ni una palabra de lo que Bambaataa pronunciaba y tuvo que resumir de manera abrupta lo que el invitado señalaba. Aun así, y tal vez sin realmente conocer de quién se trataba, varias personas se lanzaron a él y subieron al escenario por fotos, autógrafos, para tocarlo o yo que sé, la presencia del mesías no era permanente y había que aprovechar cada segundo en que estuviera cerca, más vale una fotografía con él que escuchar lo que venía a decir. Un desorden que evidenció que las palabras recurrentes de Afrika Bambaataa “¡Organización!” no las conocían ni quiénes lo trajeron.
Todo aquel espectáculo demostraba que no habíamos cambiado, que la imagen que le dábamos a la Zulu Nation era la misma de siempre, un público que desaprovecha los espacios de discusión, una escena que no mejora.
El espectáculo comenzó con el llamado de una mujer entre el público, quién reclamaba la falta de participación de su género en la interlocución en el escenario con Afrika Bambaataa, una exigencia totalmente válida, pero que se vio opacada con el posterior desarrollo de los hechos: el ascenso a la tarima no sólo de la emisora del reclamo sino de otras acompañantes que en su afán de figurar no perdieron oportunidad de acercarse al Padrino del Hip Hop, y que una vez arriba se dedicaron a hacer lo único que sabían, tomar fotos a diestra y siniestra, conseguir la mejor toma, ni siquiera asumieron la posibilidad de interlocutar y expresar los problemas propios de la mujer, todo lo contrario, no sabían ni qué hacer, se bajaron en silencio, quedando solamente una, la misma que lanzó el primer grito, y que cuando la discusión volvió a tomar el hilo, sin solucionarse el problema de la mujer, interrumpió de nuevo.
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Esta vez su gesto significó una oleada desesperada de ingenuos gritos llamando a las mujeres a participar en la tarima del teatro, ésta vez no solo se acercaron mujeres sino también hombres, todos y todas que no querían perderse la posibilidad de acercarse, de figurar.
Aquí el curso de lo que, me imagino yo, los organizadores del evento tenían planeado se fue por la borda, y quienes quisimos escuchar aunque fuese un poquito, con ese inglés a medias que nos queda del colegio, lo que Afrika Bambaataa tenía por contar, nos quedamos con las ganas.
Diagnóstico final: Un chiste de la equidad de género en el movimiento hip hop colombiano antecedido por una ponencia muy pobre de Jenny Martin que solo ayuda a reafirmar los estereotipos patriarcales sobre la mujer, de haberla escuchado Afrika Bambaataa, no la hubiera reverenciado ¡Qué importante hubiera sido escuchar a Lucia Vargas ya fuera como ponente o formulando preguntas!, ¡cuán ocultas quedaron muchas mujeres hip hoppers que merecían estar allí!

El mensaje del líder de la Zulu Nation fue claro: El quinto elemento del Hip Hop: el conocimiento, es transversal a los demás, es necesario para organizarse, para luchar contra las injusticias, para transmitir un mensaje coherente, para soltar a la institucionalidad, para hacerse independiente y caminar por cuenta propia, un mensaje que no es solo para ponerlo en la boca y lanzarlo a los demás, al público, también va para los artistas, para las figuras públicas del Hip Hop local.
Mis palabras no son un grito de guerra o una diatriba desmedida, es un aporte a la construcción de la escena nacional, un llamado a la transformación. Peace, Unity, Love and Having Fun.
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