La muerte de Samurai: Una radiografía de la injusticia en Colombia

Julián Roncancio
@balamketze Politólogo. Premio de Periodismo Cultural para las Artes 2018
Luz Mery Beltrán ha tenido que vivir, en tan solo dos meses, la crudeza de la realidad colombiana. Primero el drama de la incertidumbre y, luego de ello, el horror de la impunidad. Desde la víspera de la navidad del 2017 inició su suplicio, cuando comenzó la desesperada búsqueda de Samurai, su hijo, con quien se había comunicado por última vez el 13 de Diciembre.
Las preguntas que rondaron su cabeza sobre el paradero de Everzon -nombre de pila del rapero- son las mismas que millones de colombianos y colombianas se realizan día a día pensando en la suerte de un familiar, amigo(a) pareja o conocido(a) desaparecido.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja se calcula que en Colombia hay cerca de 120.104 personas desaparecidas, de las cuales 25.102 fueron a causa del conflicto armado, sin embargo, de las 95.002 restantes no se sabe nada.
El Centro Nacional de Memoria Histórica calcula que en razón al conflicto armado existen cerca de 60.000 desaparecidos. Las cifras varían pero no dejan de ser alarmantes, ni siquiera se comparan con las que dejó la dictadura militar en Argentina que tuvo lugar entre 1976 y 1983, que tuvo como saldo 30.000 personas desaparecidas.

Tomada de Publimetro
El problema es tan grande y complejo que fruto del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC se creó la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos que tiene como primer tarea realizar un Censo Nacional de Cementerios, porque no hay certeza de cuántos existen ni de cuántas fosas comunes alberguen.
En Vista Hermosa, Villavicencio, San José del Guaviare, La Macarena o Medellín se han encontrado fosas comunes con los restos de miles de personas que aún no han sido reconocidas.
Como es el caso de La Escombrera, en la Comuna 13 de la capital de Antioquia, allí aún existen más de 10.000 huesos sin identificar, y con la posibilidad de que sean muchos más puesto que las excavaciones no han podido avanzar ya que se han construido casas sobre el terreno. Allí fueron enterrados miles de jóvenes asesinados en la Operación Orión desarrollada entre Paramilitares y el Ejército de Colombia en el año 2002, bajo el gobierno de Álvaro Uribe.
En el 2017, mismo en que desapareció Samurai, lo hicieron también 6.670 personas, de ellas 3.171 vivían en Bogotá. El drama es tan terrible que podemos decir que Doña Luz Mery tuvo suerte, su hijo Samurai fue encontrado el 4 de enero en el barrio Mochuelo Bajo de Ciudad Bolívar muy cerca del botadero Doña Juana. No tuvieron la misma fortuna las miles de personas que aún buscan a sus seres queridos. El avanzado estado de descomposición del cuerpo llevó a que once días después, el 15 de enero, fuera confirmada su identidad.
También puedes leer: Diddy estaría relacionado en el asesinato de Tupac

Luz Mery Beltrán, madre de Samurai. Fotografía de Harold García. Publicada originalmente en la revista Cero Setenta.
El inmenso dolor por la muerte de su hijo no fue el único martirio que tuvo que asumir, el dictamen de Medicina Legal confirmó que Samurai murió violentamente por un golpe con un objeto contundente en su cabeza. Las preguntas que rodean su deceso aún no han sido resueltas ¿Por qué lo asesinaron? ¿Quién lo hizo? ¿Nadie sabe nada? Miles de rumores y de historias son respuestas provisionales pero no certeras.
A un año de este suceso aún no hay capturas, ni tampoco avances en la investigación, Doña Luz Mery enfrenta ahora la impunidad reinante en Colombia. En nuestro país solamente el 5% de los asesinatos logran ser resueltos, lo que nos pone ante un panorama y un futuro muy difícil, previendo que de seguir igual, nunca vamos a saber qué le pasó a Samurai.
La guerra contra el olvido debe no solo librarla Doña Luz Mery, sino todas y todos aquellos integrantes del movimiento Hip Hop, porque se trata de una lucha mucho más grande, no solamente por la justicia y la verdad del creador de ‘Letras para el Alma’, ‘Sangre sobre el Pentagrama’, ‘la Edad de la Demencia’ y ‘Los Funerales del Tiempo’, sino que debe ir más allá para exigir la verdad sobre las miles de personas desaparecidas forzadamente y la no repetición de esos actos.
Es una batalla por garantizar que la impunidad no sea la ley a la hora de resolver las muertes, es una exigencia para que no dependa de la importancia y la fortuna familiar la celeridad en una investigación.
Y finalmente, es una lucha para que el paso del tiempo no nos haga cometer la torpeza de olvidar y seguir viviendo, como diría Jaime Garzón.
0 Comments