Muerto en vida o morir viviendo…
Por: Diego Microphone
Cuando arribé al PORTAL DE LA RESISTENCIA, como cosa extraña, ya habían llegado los artistas y el público; en tarima Juan Pablo Barragán animaba la multitud y a su lado se veía la figura de Ali A.K.A Mind, quien junto a su equipo de trabajo es gestor de este momento histórico del Hip Hop colombiano. Solitario Soldado tiene el micrófono y en una explosión de emoción el publico recibe al artista del pedazo. Durante esos minutos de manos arriba y el tarareo de algunos de sus versos por parte del público, pensaba “algo ha cambiado”.
La tarima era una cama baja lo que permitía su movilidad. Luego de ver el espectáculo de Reincidentes BTA partimos del Portal; a vuelo de pájaro, calculo, salíamos unos cuatro mil. Para cuando arribábamos a la Cali con Américas quizá ya éramos unos diez mil, a la altura de la Boyacá con Américas, los medios calculan una congregación de quince mil personas.

Es de resaltar que no solo éramos Hip Hoppers, era la suma de una juventud que reclama lo que le ha sido negado, pero lo que sí se puede afirmar es que el Hip Hop logró convocar todas esas vidas reprimidas, con el fin de manifestarse a través del arte, la música, la cultura. Mientras en Bogotá lográbamos movilizarnos sin confrontaciones con la autoridad, en Cali, civiles armados bajo la mirada cómplice de la policía disparaban sus armas a la juventud marchante.
Nuestro recorrido nos llevó hasta la avenida 68 en donde tomamos hacia el sur hasta la calle tercera y de allí subimos a la carrera cincuenta; en el recorrido pudimos ver desde las ventanas de conjuntos residenciales y casas un continuo respaldo a la movilización, hombres, mujeres, niños y ancianos se sumaban de corazón a los justos reclamos de una Colombia que quiere alejarse del fascismo colombiano (uribismo).

Fotografía por @Kevinmolanoph ©
Ya en la cincuenta, la glorieta estaba a rebosar de gente que alberga una esperanza de cambio, una gran intervención de pintura sobre la calzada y más expresiones culturales, no solo Hip Hop, aunque este fue el eje de esta multitudinaria convocatoria.
La cama baja se ubico en el costado sur y se dio paso a las demás intervenciones artísticas. Es de señalar que el cartel de artistas era impresionante, todos los que vimos en esa tarea de amenizar la marcha no estaban allí para entretener, sino para construir una consciencia critica, una consciencia política y una responsabilidad ciudadana.
Si lo saben o no, eso no es relevante, lo que importa es el mensaje dado en el recorrido. El gobierno, en cabeza del presidente Duque y dirigido desde el ubérrimo logró despertar un gigante, el Hip Hop.
Si bien es cierto nuestra actitud política siempre ha sido apática, lo que ha sucedido en estos 20 años de uribismo se fue acumulando hasta llevar al límite a una generación de jóvenes quienes, sin mayores oportunidades, han luchado por mantenerse a flote en medio de esta sociedad traqueta.
Después de esta marcha no seremos iguales, las actividades en el marco del paro se mantienen a lo largo y ancho de la capital del país. Conversatorios, tomas culturales, Rap y Graffiti desnudan el rostro de la muerte. El mensaje para esta sociedad que pretende seguir haciéndonos invisibles: los NADIE, como nos denominó Galeano, ya no tenemos MIEDO. Es mejor morir en la lucha, que de hambre; es mejor morir viviendo, que ser un muerto en vida. Esto es HIP HOP.
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