Mesa Distrital de la cultura Hip-Hop lanzó su plataforma y cada día suma más fuerzas para embellecer la ciudad heroica con música, danzas y color.

Cartagena la apetecida, la ciudad amurallada, la de carruajes arriados por cansados caballos, múltiples balcones históricos por los que el destino de Colombia se forja. También la de realidades totalmente heterogéneas que en extremos se oponen. La gentrificación que se ha dado en las últimas generaciones, el aumento en el costo de vida, en ocasiones, no da ni para la subsistencia. Cartagena se ha convertido en una ciudad dividida: la zona histórica y por otro lado los barrios alejados de esa vida placentera del turismo, mayormente comprometida por la situación de la ciudad y su real cultura.

La Plaza de Bolívar, ubicada en la ciudad amurallada, es un sitio en donde abundan circunstancias particulares, se escucha constantemente el regurgitar de las aves y el sol de mediodía se siente bien fuerte: La plaza se divide entre la sombra de algunos árboles y el sol directo. Las sillas bien ubicadas son “rapadas”.

En alguna plaza de la ciudad dos personas con acento paisa se hablan:

– ¡Ah nooo! Pero es que usted, ¿cuándo ha visto a un paisa varado?.
– ¿Consiguió?- le respondió su acompañante sorprendido.
– Sí, en la cafetería me lo dejaron cargar.

Luego sabría que los dos se dedicaban a trabajar en una empresa avícola de gran reconocimiento en toda la costa caribe. Juntos eran de Manizales: uno había viajado hace dos años y el otro apenas llegaba. Cada uno, sin conocerse previamente, buscaba vida en Cartagena.

El ambiente se respiraba caliente y pesado. Rondaban muchos más extranjeros turistas que colombianos, de una cordialidad agradable. Allí, me recogería Johel, integrante de la Mesa Distrital de la Cultura Hip-Hop Cartagena y rapero de la ciudad.

Johel es un joven cartagenero inmerso en el mundo del Hip-Hop desde hace unos veinte años, época en la que ha transitado buenos y amargos caminos en la construcción de las cosas y “gestiones que el movimiento en la ciudad requería”. Me dice él: “Si nadie canta pues cantemos”. Y con ese pensamiento se afirmaba en el rap, en su tiempo libre, este emprendedor. “El trabajo de producción con las pistas se dio porque eran muy costosas. En el tiempo que he trabajado produciendo, nunca he ganado tanto como aquella vez que pagué por primera vez una pista” comenta y suelta la carcajada. Doscientos setenta mil fue lo que pagó en ese momento.

Su tiempo discurre entre el trabajo artístico propio y la gestión en la Mesa Distrital. Él hace parte del grupo de tres personas que lideran el proyecto, sin embargo, ese no es su mayor logro: le llena de orgullo apoyar en la producción a artistas locales que no tienen horizonte comercial; así mismo, ha propuesto a artistas para que participen en eventos distritales con la finalidad de que agarren “cancha”: “para que en la escena nacional se vayan dando cuenta de lo valioso que es el Hip-Hop en la Heróica” afirma con notable felicidad.

Pasadas las cuatro de la tarde, de la entrada del Museo Histórico se vio salir una pareja de jóvenes notablemente locales. Eran Johel y Africa, representantes de la Mesa Distrital: articulación de hiphoppers, que, con el esfuerzo de los años, ha logrado cohesionar exponentes de distintos elementos de la cultura Hip-Hop en la ciudad, y promueven el desarrollo de la misma en Cartagena.

La mesa busca la articulación de iniciativas que genere, tanto piezas y productos musicales comercializables, como impulsar la cultura abarcando los 4 elementos, con eventos en a lo largo y ancho de Cartagena.

“No queremos comercializar como una gran disquera, queremos apoyar lo local y nacional que está emergiendo, el dinero no es nuestra búsqueda total”, me dice Africa, una de las lideresas del proceso: MC de Cartagena, una mujer de tes negra, pelo trenzado y palabras seguras. Ella encabeza el colectivo Mujer & Hip-Hop en la ciudad, perteneciente a La Mesa Distrital. La pasión denota en estos dos guerreros en Cartagena, Johel y Africa han transitado los pasos del break dance y el graffiti, pero su alma fue conquistada por el MC y la gestión cultural, tan necesaria en el HipHop. “Necesitamos que haya un reconocimiento de la Mesa para que podamos amparar y trabajar en pro del valor que se da al artista de la escena. Queremos dignificar nuestro trabajo” sentencia Johel.

Son bastantes años los que han dedicado, muchos de los miembros de la Mesa Distrital, por mejorar la representación e imaginario social y estatal que prima sobre la cultura Hip-Hop en Cartagena. “Yo apenas conocí el movimiento sentí que era por ahí” comenta Africa y la acompaña Lilibeth -Mc Mariposa-, bogotana radicada en Cartagena desde hace varios años afirmando una realidad: “Nosotros como raperos tenemos una responsabilidad social”.

El sol en la Catedral San Pedro Claver cae y dibuja el cielo de tonos rosas en su difusión. Desde el Parque Centenario se logra ver parte de la ciudad amurallada y la gente transita con serenidad. La música resuena en el coliseo del parque y son varios los pelados que enseñan sus pasos de baile. “Somos de distintos parches pero nos conocemos” comenta Farex, líder de Mo’Kidz Flavor. La unidad en estos escenarios se ha logrado bajo el trabajo arduo de emprendimientos como la Mesa Distrital y las mismas ganas de quienes participan y se integran bajo los ritmos que detona el parlante, con una usb repleta de pistas mixturizadas en ritmos.

Chillan las gomas de los tenis contra el baldosín blanco del coliseo, al grupo reducido de bailarines que había a las cinco de la tarde se suman algunos más, en especial ávidos admiradores que se apuestan en los muros que rodean el lugar. Muchos de ellos turistas quienes suelen disfrutar de los show’s de baile como platos exóticos del caribe.

Getsemaní es hoy una zona turística, donde hace algunas décadas predominaban las prostitutas, en lo que se consideraría como la zona de tolerancia. Allí abundaron los hoteles de paso y marineros, que venidos de largos viajes, encontraron allí la satisfacción de placeres negados en altamar. El barrio fue construido como anexo al centro histórico de Cartagena y en la actualidad abundan locales comerciales, ventas ambulantes, y en general, son muchos más los turistas que residen en hoteles y lugares de paso, que los mismos nativos.

“La Cartagena de adentro no se ve” sintetiza RudeGirl, una rapera local.

La Heroíca, como es comúnmente conocida, es una ciudad gentrificada hecha para los turistas y quienes eligen a la ciudad como su destino definitivo para el comercio. La Mesa Distrital de Hip-Hop lucha con la parte turística que muestran las instituciones gubernamentales de la ciudad, pues en realidad Cartagena tiene mucho más que eso, tiene su pueblo.

El caso de Mc Mariposa, quien se reafirma ya como parte de esa ciudad, es el de una bogotana que viajó para radicarse en Cartagena, a continuar con su pasión por la cultura Hip-Hop. A los trece años empezó con el graffiti, a los quince se inició en el canto; hoy día no, animada por explorar cada vez más sus destrezas, no deja de tirar uno que otro paso de breakdance. Al igual que África, ella pertenece al colectivo Mujer & Hip-Hop.

“Desde la mesa se ha podido articular y socializar las acciones de distintos colectivos con varios propósitos y caminos. Nos llama mucho la atención participar en actividades en universidades y colegios pues logramos enseñar que la realidad del país es distinta de la que enseñan allí” cuenta Lilibeth (Mariposa) previo a su show en el evento de lanzamiento de La Mesa Distrital.

El objetivo del colectivo es educar: mucha gente de Cartagena así como en muchas ciudades del país, tiene un concepto errado de la cultura Hip-Hop. Tratar de profesionalizar la actividad de cada hip-hopper es generar conciencia social, el fuerte está en rescatar las raíces cartageneras y sacarlas a flote mediante lo que han aprendido del Hip-Hop. Asumir un modo de expresar la vida con el cuerpo y la mente, en proyección social, de esta manera discurren las ideas del HipHop en la Mesa Distrital.

La industria cartagenera es muy local: han sido pocos los artistas que han logrado sacar su producción, darse a conocer a toda la población cartagenera o a nivel nacional. No obstante, Cartagena tuvo su cuota en el último festival Hip-Hop al parque de Bogotá (2015). Chekde & Sam -Famia Suto- logró coronarse como el vencedor en la convocatoria de la localidad Ciudad Bolivar (Bgtá) y con eso dar un salto en tan apetecida tarima. Para los hiphoppers de La Heroica fue todo un orgullo puesto que fue una representación de la familia cartagenera.

Por su parte, el graffiti en la ciudad es una expresión ávida de concepto, imprime en los barrios figuras que reflejan una visión colorida del contexto. Los colores adornan, las figuras resaltan y en las paredes los parches de graffiteros se hacen lucir. “Es cuestión de tener unas latas, organizarnos y pintar” confiesa Johel, “nos reunimos muchos y si vienen a sacarnos pues la defendemos así sea llamando instituciones distritales que nos apoyan”.

Autogestión es el transito en la realización de los propósitos. Las alianzas resultan estratégicas pero no sugieren ser un canal de dependencia a las organizaciones que colaboran. Por eso la Mesa Distrital trabaja con autonomía y voluntad propia de los cientos de miembros que apoyan el proyecto.

Existe un fenómeno interesante de autogestión por parte del crew Mo’Kidz Flavor y es que, en vista de su valor comercial, las plazas de la ciudad amurallada hacen de escenario en las noches para que el grupo deslumbre con coreografías a parejas, familias y transeúntes que posteriormente brindan colaboración económica al grupo. Las tandas no suelen demorar mucho, pero la energía que se vive es brutal.

De igual manera desde La Mesa Distrital, en Agosto del año pasado se creó la tienda Doble H, espacio para la comercialización de productos Hip-Hop donde el 80% es para el creador y el 20% restante como capital de la tienda.

“Nosotros somos de la calle y trabajamos para la calle, nuestros proyectos son autosostenibles” sentencia Mc Mariposa. “Si trabajamos con alguien que sea a favor del Hip-Hop y no a favor de su bolsillo”.

El lanzamiento de la propuesta fue para Marzo de 2016, tuvo lugar en el predio cedido por el Museo Histórico de Cartagena en plena ciudad amurallada. Contó con la participación de distintos exponentes mc Mariposa y Black Licona, Dj Walter (un veterano de los vinilos en Cartagena), el grupo de b-boys Mo’Kidz Flavor y Serok7 en los aerosoles.

El evento simbolizó la unidad del hip-hop cartagenero bajo las luchas como movimiento. Fue la propuesta que cobró mayor relevancia en la ciudad puesto que con el tiempo ganó representatividad y legitimidad ante los entes gubernamentales, además de la comprometida y consciente iniciativa de sus integrantes. Es un sueño que construyen a diario los cartageneros y en el que apuestan a consolidar como trampolín para la expansión de saberes entorno al Hip-Hop, las raíces caribeñas y el sabor de la vida colombiana, que se expresa pese a miles de silencios impuestos.

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